miércoles, 22 de abril de 2009

Desangelada

Hay días en que mi angel se va y me deja sola.

Maldito ser ingrato y caprichoso.

Me saca las alas, me saca la luz, el vestido blanco con perlitas, el brillo, la sonrisa, la simpatía.

Me aleja. Me hace hacer todo al revés, me discrimina, me apaga, me entorpece, me hace sentir más insignificante que una pulga.

Inútil. Todo mal. ¿Quién es el para irse así y dejarme en el medio del viaje un día cualquiera? En pampa y la vía como le dicen...

Reconozco si, que a veces me lo avisa: no te recargues, no te excedas, tomate tus tiempos, relajate, de a una cosa por vez. Y yo lo escucho, si, lo escucho, o trato, pero a veces pienso que wonder woman puede con todo igual. Y no, sin el ángel wonder woman no existe. Y si no le hago caso se enoja y se va. Tan simple como eso.

¡Que vuelva! Necesito que vuelva. Porque sin el ángel no soy yo. Soy yo sin ángel, soy un 30 o un 20% mío, soy la parte más chata de mi ser, la parte sin ángel.

No me quiero sin ángel. No existo y no me soporto sin ángel. No hay campanita sin ángel.

Así que paramos. Stop, piquete, hasta angelarme otra vez. ¿Ok?

No hay comentarios: