viernes, 27 de junio de 2008

Química

Hay una frase absolutamente trillada que dice: “No sos vos, soy yo”. Son palábras que utiliza la gente para deshacerse de sus parejas sin dar mayores explicaciones y dejar todas las razones en una tremenda intriga.
Sin embargo la frase que podría aplicarse a mi cotidianeidad es más desesperante aún: “No es el mundo, soy yo”.
No se si a veces exijo demasiado por parte de las personas, o espero cosas que ni yo se cuáles son. O tal vez saco demasiadas conclusiones inservibles (e invierto horas enteras en esta ardua tarea).
También tengo una increíble facilidad para armar historias y películas que parecen diseñadas por el mismísimo Woodie Allen en base a las cosas que me suceden o no me suceden y a las personas que me rodean o no me rodean. De hecho suelo pensar que sé perfectamente lo que los otros piensan y armo las películas en base a esa idea; lo cual no sería grave si esto quedara estancado en mi mente, pero lo cierto es que decido actuar en consecuencia, de forma que el 90% de las veces actúo como no debería porque la realidad es que no tengo la menor idea de cómo los otros piensan.
También cuento con momentos de extrema sensibilidad en que cualquier paso en falso puede dar por tierra una inmensidad de cosas y buena predisposición de mi parte. Momentos en que todo me va a irritar, porque lo que tengo es un gran enojo interno difícil de calmar. Momentos en que lo único que necesito es atención extrema, y mi forma de pedirla nunca es del todo clara.
Cuando era chica permanecía enojada o molesta por largas horas, demostrándolo de a pequeñas caras o contestaciones, esperando que el resto de la familia se de cuenta de que estaba enojada o molesta y me preguntaran qué me pasaba. Claro que si alguien se daba cuenta de algo y me preguntaba qué me pasaba mi respuesta iba a ser: "nada". Y esa persona pasaba a ser la peor del mundo por creerme que realmente no me pasaba nada y retirarse así sin más...
A veces todo esto me da a pensar que soy bastante complicada. Pero luego recuerdo que hay ciertas personas que pueden leer e interpretar mis acciones y reacciones tan fácil como rápidamente. Personas que saben cuándo estoy a punto de estallar de la risa, cuándo mi cara indica que algo me molestó, cuándo estoy chinchuda (a veces hasta saben qué cosas van a ponerme chinchuda antes de que sucedan), cuándo estoy por rebalsar en lágrimas, cuándo estoy estresada, cuándo estoy feliz, cuándo necesito un abrazo, una oreja, un mimo, o un llamado telefónico. A eso le llamo yo química, pero no suele darse muy a menudo. De hecho en mi caso esas personas no llegan a desplegar los cinco dedos de una sola mano, y con casi todas tengo un vínculo casi sanguíneo (hermanos del corazón que se les dice).
¿Por qué las propiedades de la químca no pueden ser extensibles a quien uno quiera por arte de una varita mágica?

martes, 24 de junio de 2008

2:25 AM


¿Cómo es que se me ocurre tomar una taza (tamaño jarrito rosa) con una cucharadita (tamaño cucharita de té) de café instantaneo, otra de Nesquik, una y media de azúcar, un tercio de agua caliente y 2 tercios de leche descremada, a las 00.45 de la noche, nada más que para terminar de estudiar un textito que me llevó un poco más de media hora?

Siendo las 2.25 de la mañana, voy a hacer el intento de conciliar sueño, ya que mañana debería levantarme a las 8.00 am (y tomarme 3 veces lo que acabo de tomar para poder lograrlo), para terminar de estudiar no un textito, sino alrededor de 10, y en eso de una hora y media :)


A veces me sorprenden mis salidas poco ingeniosas, pero no dejan de darme risa...hay gente que se ríe de cualquier cosa vió...

domingo, 22 de junio de 2008

Cuando vivir en la casa de una se vuelve in-so-por-ta-ble


La realidad es que ésta no es mi casa, es la casa de mis padres. Y yo no soy una de esas jóvenes de hoy en día que no abandonan el nido hasta los treinta y pico largos, no no no, si vivir sola fuera gratis ya hubiera alzado vuelo hacia nuevos horizontes. De hecho me la paso pensando en todos los detalles que hacen que esta sea la casa de mis padres y no mi casa, y en todo lo distinto que va a tener mi casa a la casa de mis padres.

Malditos fines de semana en que todos se despiertan de humores extraños un tanto caldeados y se atornillan en sus puestos invadiendo cada centímetro; mientras que mi habitación se transformó en un simil post-II guerra mundial inhabitable desde que mi hermana se fue de la casa de mis padres a vivir con su flamante novio a mas de 300 kilómetros de distancia. (Y yo tengo una mezcla de negación y poco tiempo para ordenar la cantidad de pelotudeces contenidas entre las cuatro paredes de mi habitación.)

Comprendo que mi hermana haya querido realizarse y hacer de su vida lo que más le plazca habiendo llegado ya a los 28 años de edad. Pero desde mi lectura de hermana menor, más rebelde y caprichosa y con una visón apocalíptica de la vida (como me dijo mi madre hace 10 minutos), su partida significó un "te dejo con todo esto encima, arreglatelas". ¡¡Dejarme sola en la ardua tarea de convivir!!

Entenderán ahora por qué mi impostergable necesidad de tener un perro al cual hablarle y contarle todos mis pesares.

Y al final, de todo lo que debería haber hecho en este domingo invernal (¿qué, los domingos no se trabaja supuestamente?), veo como se diluyen las horas de un día entero dedicado a deliberar internamente si es mejor dejar la facultad y trabajar para irme a vivir sola, dejar esa maldita revista y volver a tener una vida de estudiante "normal" (al menos por el año de estudio que me queda) sin tantas complicaciones, encerrarme en mi pieza a escuchar música fuerte al mejor estilo "no me importa nada", acurrucarme a leer algún libro o mirar una peli para ver si se me ocurre alguna otra salida ingeniosa, o llamarte desesperada para encerrarme en una burbuja que me haga sonreir y olvidarme de todo y todos los demás.

Y asi se van, las horas se van...hasta que a las 11 de la noche me acuerdo de que hoy supuestamente tenía que estudiar para un parcial, hacer dos notas impostergables, preparar una clase para mañana, ordenar mi pieza simil post-II guerra mundial inhabitable, etc etc.

Yo no quiero ser trivial, pero convengamos que el país no me ayuda a superar mi crisis interna.

viernes, 13 de junio de 2008

"Hoy no es mi día"

Definitivamente hoy no fue mi día.
Suena como frase trillada. ¿Pero qué quiero significar exactamente cuando digo "hoy no es mi día"?
En principio, que hubiese matado a cualquier persona dispuesta a molestarme; que la paciencia no me acompañó en toda la jornada, que la buena cara decidió tomarse unas vacaciones caribeñas, que los únicos pensamientos que rondaron mi cabeza fueron de furia, y que haber caminado cinco cuadras de calle San Luis un día como hoy se tornó una experiencia peligrosa para al menos un tercio de los peatones.
Son esos días pico en que uno realmente no sabe para qué cuestión fue depositado/a en este mundo, y en los que lo único que queremos es meternos debajo de la frazada y esperar a que todo afuera se torne de color rosa para volver a la superficie.
Días en que tenemos perfectamente en claro que el universo está cuidadosamente diseñado para perjudicarnos. Que todos los seres humanos (y los objetos inanimados también, ¿por qué no?), están dispuestos a congeniar en nuestra contra. Entonces por si las moscas, recibimos a todos con mala cara y una actitud defensiva de "ojito con lo que decís o hacés".
Momentos en que nada ni nadie puede ayudarnos porque las personas que a veces nos comprenden y aconsejan también nos irritan, no hacen más que seguir irritándonos, ¡¡¡porque no entienden nada!!! ¡¡¡Nadie entiende nada!!!
Días en que ni siquiera diez barras de chocolate, ni un kilo de helado, ni un paquete de galletitas con chips de chocolate, ni un remo con churros, ni ninguna cuestión alimenticia desproporcionalmente asqurosa y subida en calorías puede sacarnos de esta angustia.
Odiosos días en que todo lo que el resto de las personas hagan, va a estar mal: sea como sea vamos a lograr que obren como no queremos o como no nos gusta.
Horas de furia en que agradecemos que existan esos muñecos o cosas para apretar y desquitarse. Aunque eso a mi ya no me alcanza, suelo maltratar almohadones hasta desplumarlos.
Días en que prefiero aclararle a mis persona queridas que por su salud mental y física, eviten acercarse.
Por suerte el contacto interhumano a veces (y milagrosamente) logra calmar estas cuestiones. Nada mejor que un oído al teléfono, o un ojo en el chat dispuestos a escuchar o leer todos nuestros berrinches sin juzgarlos y nomás reírse de las locuras momentaneas. Hoy fue uno de esos días milagrosos. Tarde pero seguro :)

jueves, 5 de junio de 2008

Yo soy sola

A esta altura no creo jamás llegar a darme cuenta si el problema son ellos o soy yo. El asunto tendrá que resolverse por si solo, sin mi ayuda.

La verdad es que nunca me consideré una persona problemática. Si bien tengo mis idas y venidas como todo el mundo y ciertas vueltas que pueden llegar a resultar bastante molestas, creo estar dentro de los parámetros normales esperables para una señorita soltera. No hablamos de parámetros de belleza; que dios o mis padres me hayan hecho fea o linda no tiene nada que ver con esto. Hay gustos para todo, dicen.

Pero creo por ejemplo no entrar en ese clan de mujeres guardabosques malhumoradas y facturadoras que tienen a sus hombres como perros. Por el contrario suelo volverme bastante y casi por completo (hasta límites poco sanos) condescendiente cuando decido mantenerme en una relación estable con una persona del sexo opuesto. (Cuestión que no sucede hace mucho tiempo, convengamos).

Reconozco que una precipitación muy grande de compromisos y ataduras puede llegar a asustarme y aterrarme al punto de salir corriendo y querer sumergirme dentro de un vaso polarizado lleno de agua cerrado con tapita para que nadie me encuentre ni me vea, y ni siquiera pueda yo pensar en mi huida gracias al agua que estaría asfixiando mis neuronas. Pero por lo pronto ese es un sufrimiento que no parece avecinarse; los hombres hoy en día no practican estas cuestiones del compromiso y las ataduras.

Resulta triste que la raza haya perdido tanta credibilidad. Rescato excepciones, si, varias. Pero escondidas debajo de las baldozas. (Y a veces cómodamente tapadas. Y claro, ¿cómo no van a estar tranquilos si para cualquier mujer resultarían un hallazgo millonario?)

Tambien es cierto que han pasado por mi puerta oportunidades de este estilo (no hallazgos millonarios, solo ejemplares respetables del sexo opuesto) y justamente por el rechazo a la pérdida de mi preciada libertad, las he dejado desaparecer. Claro que no creo que esa haya sido la única razón. En esos contados casos jamás sentí las mismas cosas que sentí cuando mi libertad me importó un bledo contal de estar con quien yo quería estar.

Y echando un rápido vistazo hacia atrás (para colmo), descubro que no volvería a vivir ninguna de mis experiencias pasadas; lo que para nada quiere decir que me arrepienta de haberlas vivido. Creo que cada una de ellas tuvo mucho que ver con lo que soy hoy en día (¿debería arrepentirme entonces? :P). Todas sucedieron por algo y abrieron otras sendas, otros caminos, sea donde sea dejaron su huella de forma positiva. (A los saldos negativos el tiempo los borró y curó exitosamente).

Lo que sí puedo reconocer es cómo una despues de haber sido tan machacada por las idas y venidas amorosas, se vuelve una persona mucho mas pretenciosa que antes (y este no es solo mi caso). Y si, hay cosas que ya cansan. O mas bien, hay cosas que no se admiten. La experiencia hace que podamos marcar a las personas rápidamente y encasillarlas en una de las tantas bolsas con características propias que no voy a nombrar para no herir a ningun miembro del clan masculino. (No es lo mismo que prejuzgar, mas bien es el equivalente a un exámen médico y posterior diagnóstico).

Lo cierto es que la intención no es herir a nadie, para nada. Es poner en común este sentimiento colectivo que anda dando vueltas por las calles y por la gente. Es el trabajo que haría un cool hunter de tendencias emocionales. Y como yo tengo tan pocas cosas que hacer, me puse a facilitarles la tarea.
"Los hombres ya no son los de antes"; vengo escuchando esa frase desde hace semanas, meses... y creo además estar de acuerdo. Pero de todos modos, ¿quién quiere un hombre como los de antes? Puede llegar a ser lindo que te regalen flores, te den sorpresas, te pasen a buscar por tu casa y te devuelvan a ella, que sean caballeros, te cuiden, sean fieles (¿será mucho pedir?), te respeten... Pero supongamos que todo esto no sea posible (bueno, los últimos cuatro items si, porque sino no da ni para arrancar), tenga las características que tenga, el hombre debería ser especial y debería también lograr que una se despegue del piso, ¿¿sino que sentido tiene??

Reconozco que me desiluciono fácilmente. No creo que sea un problema de demasiadas expectativas...al contrario, lo simple suele atraerme mas que lo ostentoso. Pero las personas hoy en día tienen mucha facilidad para echar litros de agua sobre castillos de arena débilmente construidos.

Tampoco creo que sea una cuestión de resentimiento. Una elige estar sola, bien acompañada, o mal acompañada. (Bueno a veces es difícil elegir estar bien acompañada y lograrlo con rapidez y eficiencia). Pero hoy en día, estar sola parece ser el menú preferido del día.

"Soy sola/o", es una de las frases de este siglo. Al igual que los psicólogos, los celulares con cámara y robot incluidos, entender el hipertexto y conectarte con la notebook en un bar súper top mientras tomas un capuccino, asumir "Yo Soy sola/o" es el must have del siglo XXI en cuento a cuestiones amorosas se refiere. (Y si tenés una remera para que nadie quede sin enterarse, aún mejor).
Yo lo admito y me gusta admitirlo (soy una víctima del sistema, sisi). Creo que aprendí a disfrutar de mi soledad (que no es una soledad completa, digamos que no es soledad para nada), y a vivir con ella. (En este punto paso a transformarme en la heroína victimaria que sufre la soledad. Que quede claro que no es así: bailar bajo la bola de espejos tomando un sex on the beach no es sufrir la soledad.)

Y creo que cuando llegue el momento de abandonar la "soledad", ni siquiera lo voy a notar, ni siquiera lo voy a pensar, porque cuando vale la pena realmente no existen las dudas... Pero eso sí, el camino no será allanado. Alejarme de mi preciada soltería, merece una buena razón que respalde tal desición.


...:: Gracias a los testimonios femeninos que sirvieron como fuente sólida para este escrito. Tal vez me excedí con las confesiones recién publicadas, aunque no dije nada que no se me haya escapado en cualquier otra situación de esas en las cuales mi cabeza no filtra lo que piensa y simplemente escupe todo el material existente. Queda asentado en acta que no hablo de nadie en particluar, (salvo cuando hablo de las experiencias pasadas, eso sí está teledirigido) es solo un estado de ánimo. Si alguien tiene alguna objeción, esta invitado/a a hacerla ::..