domingo, 22 de junio de 2008

Cuando vivir en la casa de una se vuelve in-so-por-ta-ble


La realidad es que ésta no es mi casa, es la casa de mis padres. Y yo no soy una de esas jóvenes de hoy en día que no abandonan el nido hasta los treinta y pico largos, no no no, si vivir sola fuera gratis ya hubiera alzado vuelo hacia nuevos horizontes. De hecho me la paso pensando en todos los detalles que hacen que esta sea la casa de mis padres y no mi casa, y en todo lo distinto que va a tener mi casa a la casa de mis padres.

Malditos fines de semana en que todos se despiertan de humores extraños un tanto caldeados y se atornillan en sus puestos invadiendo cada centímetro; mientras que mi habitación se transformó en un simil post-II guerra mundial inhabitable desde que mi hermana se fue de la casa de mis padres a vivir con su flamante novio a mas de 300 kilómetros de distancia. (Y yo tengo una mezcla de negación y poco tiempo para ordenar la cantidad de pelotudeces contenidas entre las cuatro paredes de mi habitación.)

Comprendo que mi hermana haya querido realizarse y hacer de su vida lo que más le plazca habiendo llegado ya a los 28 años de edad. Pero desde mi lectura de hermana menor, más rebelde y caprichosa y con una visón apocalíptica de la vida (como me dijo mi madre hace 10 minutos), su partida significó un "te dejo con todo esto encima, arreglatelas". ¡¡Dejarme sola en la ardua tarea de convivir!!

Entenderán ahora por qué mi impostergable necesidad de tener un perro al cual hablarle y contarle todos mis pesares.

Y al final, de todo lo que debería haber hecho en este domingo invernal (¿qué, los domingos no se trabaja supuestamente?), veo como se diluyen las horas de un día entero dedicado a deliberar internamente si es mejor dejar la facultad y trabajar para irme a vivir sola, dejar esa maldita revista y volver a tener una vida de estudiante "normal" (al menos por el año de estudio que me queda) sin tantas complicaciones, encerrarme en mi pieza a escuchar música fuerte al mejor estilo "no me importa nada", acurrucarme a leer algún libro o mirar una peli para ver si se me ocurre alguna otra salida ingeniosa, o llamarte desesperada para encerrarme en una burbuja que me haga sonreir y olvidarme de todo y todos los demás.

Y asi se van, las horas se van...hasta que a las 11 de la noche me acuerdo de que hoy supuestamente tenía que estudiar para un parcial, hacer dos notas impostergables, preparar una clase para mañana, ordenar mi pieza simil post-II guerra mundial inhabitable, etc etc.

Yo no quiero ser trivial, pero convengamos que el país no me ayuda a superar mi crisis interna.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

JUJAJU! TIA SALVO POR DETALLES DE QUE FAMILIA (CADA UNA ES UN MUNDO DISTINTO) ESTAMOS HABLANDO EN EL MISMO LENGUAJE!
CONCLUSION... SER INDEPENDIENTE CUESTA MUCHO Y ENCIMA CUANDO LO SACAS EN CUOTAS LOS INTERESES SUBEN Y SUBEN CADA DIA
BESOTE!

Evangelina Bianchi dijo...

Sos comica angelito!!!
Te corrigo un detalle, me fui a los 26 de casa...el tiempo pasa tesoro...jajajajaja
Pero siempre estoy con vos desde donde sea.
Te adoro hermanita

Vangy