viernes, 13 de junio de 2008

"Hoy no es mi día"

Definitivamente hoy no fue mi día.
Suena como frase trillada. ¿Pero qué quiero significar exactamente cuando digo "hoy no es mi día"?
En principio, que hubiese matado a cualquier persona dispuesta a molestarme; que la paciencia no me acompañó en toda la jornada, que la buena cara decidió tomarse unas vacaciones caribeñas, que los únicos pensamientos que rondaron mi cabeza fueron de furia, y que haber caminado cinco cuadras de calle San Luis un día como hoy se tornó una experiencia peligrosa para al menos un tercio de los peatones.
Son esos días pico en que uno realmente no sabe para qué cuestión fue depositado/a en este mundo, y en los que lo único que queremos es meternos debajo de la frazada y esperar a que todo afuera se torne de color rosa para volver a la superficie.
Días en que tenemos perfectamente en claro que el universo está cuidadosamente diseñado para perjudicarnos. Que todos los seres humanos (y los objetos inanimados también, ¿por qué no?), están dispuestos a congeniar en nuestra contra. Entonces por si las moscas, recibimos a todos con mala cara y una actitud defensiva de "ojito con lo que decís o hacés".
Momentos en que nada ni nadie puede ayudarnos porque las personas que a veces nos comprenden y aconsejan también nos irritan, no hacen más que seguir irritándonos, ¡¡¡porque no entienden nada!!! ¡¡¡Nadie entiende nada!!!
Días en que ni siquiera diez barras de chocolate, ni un kilo de helado, ni un paquete de galletitas con chips de chocolate, ni un remo con churros, ni ninguna cuestión alimenticia desproporcionalmente asqurosa y subida en calorías puede sacarnos de esta angustia.
Odiosos días en que todo lo que el resto de las personas hagan, va a estar mal: sea como sea vamos a lograr que obren como no queremos o como no nos gusta.
Horas de furia en que agradecemos que existan esos muñecos o cosas para apretar y desquitarse. Aunque eso a mi ya no me alcanza, suelo maltratar almohadones hasta desplumarlos.
Días en que prefiero aclararle a mis persona queridas que por su salud mental y física, eviten acercarse.
Por suerte el contacto interhumano a veces (y milagrosamente) logra calmar estas cuestiones. Nada mejor que un oído al teléfono, o un ojo en el chat dispuestos a escuchar o leer todos nuestros berrinches sin juzgarlos y nomás reírse de las locuras momentaneas. Hoy fue uno de esos días milagrosos. Tarde pero seguro :)

1 comentario:

buenconocido dijo...

:)

Dias en los que las palabras sobran y basta con sonreir para que te des cuenta de lo equivocadita que estas...

A veces hay que dejar de pensar para darse cuenta que uno solo esta dando vueltitas en circulo hasta marearse...

Ay ay ay... buen dia!

:)