A esta altura no creo jamás llegar a darme cuenta si el problema son ellos o soy yo. El asunto tendrá que resolverse por si solo, sin mi ayuda.
La verdad es que nunca me consideré una persona problemática. Si bien tengo mis idas y venidas como todo el mundo y ciertas vueltas que pueden llegar a resultar bastante molestas, creo estar dentro de los parámetros normales esperables para una señorita soltera. No hablamos de parámetros de belleza; que dios o mis padres me hayan hecho fea o linda no tiene nada que ver con esto. Hay gustos para todo, dicen.
Pero creo por ejemplo no entrar en ese clan de mujeres guardabosques malhumoradas y facturadoras que tienen a sus hombres como perros. Por el contrario suelo volverme bastante y casi por completo (hasta límites poco sanos) condescendiente cuando decido mantenerme en una relación estable con una persona del sexo opuesto. (Cuestión que no sucede hace mucho tiempo, convengamos).
Reconozco que una precipitación muy grande de compromisos y ataduras puede llegar a asustarme y aterrarme al punto de salir corriendo y querer sumergirme dentro de un vaso polarizado lleno de agua cerrado con tapita para que nadie me encuentre ni me vea, y ni siquiera pueda yo pensar en mi huida gracias al agua que estaría asfixiando mis neuronas. Pero por lo pronto ese es un sufrimiento que no parece avecinarse; los hombres hoy en día no practican estas cuestiones del compromiso y las ataduras.
Resulta triste que la raza haya perdido tanta credibilidad. Rescato excepciones, si, varias. Pero escondidas debajo de las baldozas. (Y a veces cómodamente tapadas. Y claro, ¿cómo no van a estar tranquilos si para cualquier mujer resultarían un hallazgo millonario?)
Tambien es cierto que han pasado por mi puerta oportunidades de este estilo (no hallazgos millonarios, solo ejemplares respetables del sexo opuesto) y justamente por el rechazo a la pérdida de mi preciada libertad, las he dejado desaparecer. Claro que no creo que esa haya sido la única razón. En esos contados casos jamás sentí las mismas cosas que sentí cuando mi libertad me importó un bledo contal de estar con quien yo quería estar.
Y echando un rápido vistazo hacia atrás (para colmo), descubro que no volvería a vivir ninguna de mis experiencias pasadas; lo que para nada quiere decir que me arrepienta de haberlas vivido. Creo que cada una de ellas tuvo mucho que ver con lo que soy hoy en día (¿debería arrepentirme entonces? :P). Todas sucedieron por algo y abrieron otras sendas, otros caminos, sea donde sea dejaron su huella de forma positiva. (A los saldos negativos el tiempo los borró y curó exitosamente).
Lo que sí puedo reconocer es cómo una despues de haber sido tan machacada por las idas y venidas amorosas, se vuelve una persona mucho mas pretenciosa que antes (y este no es solo mi caso). Y si, hay cosas que ya cansan. O mas bien, hay cosas que no se admiten. La experiencia hace que podamos marcar a las personas rápidamente y encasillarlas en una de las tantas bolsas con características propias que no voy a nombrar para no herir a ningun miembro del clan masculino. (No es lo mismo que prejuzgar, mas bien es el equivalente a un exámen médico y posterior diagnóstico).
Lo cierto es que la intención no es herir a nadie, para nada. Es poner en común este sentimiento colectivo que anda dando vueltas por las calles y por la gente. Es el trabajo que haría un cool hunter de tendencias emocionales. Y como yo tengo tan pocas cosas que hacer, me puse a facilitarles la tarea.
"Los hombres ya no son los de antes"; vengo escuchando esa frase desde hace semanas, meses... y creo además estar de acuerdo. Pero de todos modos, ¿quién quiere un hombre como los de antes? Puede llegar a ser lindo que te regalen flores, te den sorpresas, te pasen a buscar por tu casa y te devuelvan a ella, que sean caballeros, te cuiden, sean fieles (¿será mucho pedir?), te respeten... Pero supongamos que todo esto no sea posible (bueno, los últimos cuatro items si, porque sino no da ni para arrancar), tenga las características que tenga, el hombre debería ser especial y debería también lograr que una se despegue del piso, ¿¿sino que sentido tiene??
Reconozco que me desiluciono fácilmente. No creo que sea un problema de demasiadas expectativas...al contrario, lo simple suele atraerme mas que lo ostentoso. Pero las personas hoy en día tienen mucha facilidad para echar litros de agua sobre castillos de arena débilmente construidos.
Tampoco creo que sea una cuestión de resentimiento. Una elige estar sola, bien acompañada, o mal acompañada. (Bueno a veces es difícil elegir estar bien acompañada y lograrlo con rapidez y eficiencia). Pero hoy en día, estar sola parece ser el menú preferido del día.
"Soy sola/o", es una de las frases de este siglo. Al igual que los psicólogos, los celulares con cámara y robot incluidos, entender el hipertexto y conectarte con la notebook en un bar súper top mientras tomas un capuccino, asumir "Yo Soy sola/o" es el must have del siglo XXI en cuento a cuestiones amorosas se refiere. (Y si tenés una remera para que nadie quede sin enterarse, aún mejor).
Yo lo admito y me gusta admitirlo (soy una víctima del sistema, sisi). Creo que aprendí a disfrutar de mi soledad (que no es una soledad completa, digamos que no es soledad para nada), y a vivir con ella. (En este punto paso a transformarme en la heroína victimaria que sufre la soledad. Que quede claro que no es así: bailar bajo la bola de espejos tomando un sex on the beach no es sufrir la soledad.)
Y creo que cuando llegue el momento de abandonar la "soledad", ni siquiera lo voy a notar, ni siquiera lo voy a pensar, porque cuando vale la pena realmente no existen las dudas... Pero eso sí, el camino no será allanado. Alejarme de mi preciada soltería, merece una buena razón que respalde tal desición.
...:: Gracias a los testimonios femeninos que sirvieron como fuente sólida para este escrito. Tal vez me excedí con las confesiones recién publicadas, aunque no dije nada que no se me haya escapado en cualquier otra situación de esas en las cuales mi cabeza no filtra lo que piensa y simplemente escupe todo el material existente. Queda asentado en acta que no hablo de nadie en particluar, (salvo cuando hablo de las experiencias pasadas, eso sí está teledirigido) es solo un estado de ánimo. Si alguien tiene alguna objeción, esta invitado/a a hacerla ::..